Por Esinal Ediciones
Cada vez con mayor frecuencia, los sistemas de climatización son más utilizados en los edificios. La incorporación de sistemas de gestión y de programación debe tener un alto grado de simplicidad de utilización, ya que de lo contrario, los habitantes de ese edificio dejarán de hacer uso de esos sistemas.
Sistemas Radiantes
En ocasiones, se asocia la domótica a complejos sistemas electrónicos y este es el mito que deben romper los fabricantes, creando sistemas de fácil manejo que no compliquen la vida a los usuarios. La energía eléctrica, asociada a un edificio de calidad, asegura las mejore condiciones de confort y de preservación del patrimonio inmobiliario.
Los progresos de la climatización dentro de la arquitectura son cada vez mayores. Uno de los problemas que se le suelen plantear al arquitecto cuando construye un edificio es el de la pérdida de energía y la manera de solucionarlo. Hay diferentes usos que se da a la climatización dentro del interiorismo y que afecta al arquitecto cuando se plantea los aspectos interiores de un edificio.
La climatización diversifica sus usos
Gracias a su reversibilidad, los sistemas de climatización es capaz de asegurar la calefacción y el enfriamiento del edificio. Este sistema termodinámico se compone de dos fuentes, una interna y otra externa: al contacto de dos conmutadores, un fluido frigorígeno o calentador, asegura por sus cambios de fase la transmisión de energía calorífica de una fuente a la otra.
Cuando funciona en modo de caldera, el sistema empuja la energía al exterior. Cuando lo hace en modo de climatización, absorbe el calor superfluo del edificio para cambiarlo en el exterior. Sobre esta base, los fabricantes proponen sistemas diferenciados por la configuración del equipo, la naturaleza de la fuente exterior (aire o agua), el tipo de difusión en el interior del edificio (lecturas frigorías, red hidráulica o red eólica).
Estos sistemas presentan un cierto número de problemas técnicos y estéticos que deben ser tenido s en cuenta en la concepción del edificio, como por ejemplo la integración de las unidades exteriores. Por otra parte hay que tener en cuenta que se les destina prioritariamente a producir frío de tal manera que sus pruebas pueden estar limitadas en producir calor si la temperatura decrece por debajo de O°. Por lo que este producto podría ser interesante para zonas cálidas.
Sistema de calefacción por suelo radiante
Un suelo radiante está constituido por una red de tubos uniformemente distribuida bajo el pavimento. Por su interior fluye agua a una temperatura moderada, de entre 35ºC y 45ºC.
Como el calor se distribuye por el suelo, se consigue un gradiente de temperaturas ideal para el confort humano, manteniendo los pies calientes y la zona de la cabeza templada. En los sistemas de calefacción habituales, el aire caliente tiende a situarse cerca del techo, mientras que la mayor necesidad térmica se sitúa cerca del suelo. Al calentar el suelo se cubren esas necesidades, sin tener que calentar el aire del techo innecesariamente. Esto, sumado al gradiente de temperaturas, favorece el ahorro energético.
Adicionalmente, el hecho de trabajar a baja temperaturas, estos sistemas no resecan el ambiente ni las mucosas nasales. Y la baja velocidad a la cual se eleva el aire calentado no levanta polvo ni microorganismos.
El montaje de un suelo radiante consiste en la colocación en primer lugar de una o varias capas aislantes de poliestireno expandido o de material reflectante que impiden que el calor se pierda y fluya hacia abajo. Sobre esta capa aislante, se sitúan los circuitos de tubo por los que circula el agua de calefacción.
A continuación se cubre el conjunto con mortero para, una vez fraguado, colocar finalmente el pavimento. El conjunto de cemento y pavimento se ve afectado por una dilatación debida al aumento de temperatura del suelo. Para evitar problemas en el pavimento se coloca un sistema de seguridad -cinta perimetral- que absorbe esa dilatación.
La correcta regulación de una instalación de suelo radiante garantiza que la temperatura del pavimento no supere los 29ºC -temperatura máxima según norma europea -NE-En 1264-2. De este modo, se evitan posibles problemas circulatorios -varices- debidos a una temperatura excesiva del suelo.
La misma instalación puede utilizarse para refrigerar en verano como si fuera aire acondicionado; Para ello es necesario que el grupo calefactor sea una bomba de calor, ya que estas pueden generar calor en invierno y frío en verano.
La acción de refrigerar consiste en hacer circular agua fría por el mismo circuito enterrado. Complementando a este sistema de suelo radiante y bomba de calor, debe instalarse un sistema de deshumidificación por fan-coils que evite la condensación de la humedad por el efecto de la disminución de la temperatura ambiente.
Este sistema de calefacción y enfriamiento es compatible con una amplia variedad de suelos: cerámica, parquet, mármol, moqueta, revestimientos plásticos, suelo flotante, suelos industriales, etc. De esta manera se ofrece la posibilidad de personalizar e individualizar la temperatura de manera independiente en cada interior.
Cuanto mayor sea la superficie que desprende calor, más económica y eficaz será la calefacción. Basta una temperatura baja para garantizar la calefacción adecuada. El calor asciende desde el suelo de modo regular. En España son varias las empresas que comercializan y distribuyen este producto.
Entre sus ventajas destacan las siguientes:
- Alta durabilidad
- Buena estabilidad ante los cambios de temperatura, incluso a temperaturas bajo cero
- Resistencia a alteraciones termooxidativas
- Consistente ante elementos de distorsión, como aditivos químicos, inhibidores, componentes agresivos del suelo, etc.
- Elevada firmeza frente a grietas y desgarramientos por tensión, fricciones e impactos
- Resistente a la corrosión
- Mínimas pérdidas de carga
Sistemas de calefacción por techo
El sistema techo radiante ha sido especialmente diseñado para el montaje en techo suspendido en el interior de oficinas y edificios y es apto tanto para calefacción como para enfriamiento. Cuenta con una elevada potencia frigorífica y es de fácil manejo.
Algo más costoso que el sistema de calefacción por suelo, su colocación exige la intervención de varios gremios que deben estar bien sincronizados entre ellos. Una de las posibles soluciones que se plantean para evitar la intervención de tantas personas y el incremento de los costes, podría pasar por crear un producto que venga ya preparado de fábrica listo para colocar.
Se recomienda que la temperatura de la película calentadora no pase los 45°C, para evitar problemas de fisuras. Pero varios factores pueden ser los causantes s de algún problema derivado de este sistema de calefacción: no hay que confundir la potencia de la superficie de la película con la potencia de la superficie por zona de calentamiento real. Se deben colocar sistemas de regulación que tengan en cuenta los comportamientos del usuario.
El calor en este sistema de calefacción se transmite por radiación que se transforman en calor al contacto con un obstáculo. Se trata de emitir calor sobre el máximo de superficie, con el fin de llegar a todos los puntos del habitáculo.
La ventaja de este sistema con respecto a los convencionales, es que no hay casi diferencias de temperatura en relación a la distancia de la que una persona se encuentre con la fuente de calor. Uno de los posibles inconvenientes es que los rayos no calentarán los pies si estos se encuentran bajo la mesa de una oficina.
Gestión de la energía eléctrica en la climatización
La optimización de la calefacción no se resume por las características de la instalación y la calidad del aislamiento. También va acompañado de modalidades de gestión como son las siguientes: la regulación, la programación temporal y la gestión de potencia.
La regulación responde a la diferenciación de necesidades en el interior del edificio. Permite asegurar el mantenimiento de una temperatura predeterminada en cada compartimento por un reglaje individualizado de convectores o de paneles radiantes. La programación temporal gestiona el nivel de calefacción en función del modo de utilización del edificio en el tiempo: día/noche, presencia/ausencia, actividad/ reposo.
El ocupante puede utilizarse también en modo manual, sin modificar la programación cotidiana o semanal. Este control programable, zona por zona, se traduce en un ahorro que puede llegar a suponer un 15% del consumo de calefacción.
La gestión de potencia engloba el conjunto de necesidades eléctricas del edificio. Todos estos elementos permitirán descubrir las evoluciones técnicas que posibilitarán en un futuro desarrollar nuevos conceptos arquitectónicos.
Bibliografía:
Les rencontres de Barbizon
Soliclima