Por Angel Lanchas
Los bloques de cristal es un tipo de vidrio moldeado que, colocado en un armazón, se utiliza con frecuencia en construcción y diseño de interiores. La forma habitual del bloque es cuadrada y existen tanto modelos lisos como con relleno. Estas variedades permiten crear innumerables combinaciones aportando un toque original y creativo a la estancia. Además, hay que destacar que este material es un gran aislante de temperatura y ruido.
El cristal se utiliza para la construcción de paredes planas, que dan a los espacios un toque muy personal. Este sistema de decoración permite crear espacios independientes y bien iluminados. Este tipo de estructuras, suele realizarse mediante módulos. Este práctico sistema de módulos permite una colocación rápida, fácil, limpia y sencilla. Se trata de estructuras sencilla sin olvidar que las paredes con este bloque de cristal no son muros de carga.
El cristal
El bloque de cristal puede encontrarse en diferentes modelos y colores, por lo que combinarlos no ofrece ninguna dificultad. Su aplicación y uso en interiores es de lo más variada y puede ir desde la escalera, pasando por la mampara del cuarto de baño o en la propia terraza o galería.
Además, el cristal de pavés también se utiliza como recurso para decorar el suelo. Estos suelos pueden estar armados de hormigón, de hierro, o bien de mediante módulos estándar. Este producto es ideal para confeccionar suelos transitables, consiguiendo dar luminosidad a sótanos o habitaciones cerradas. Este tipo de suelo no necesita ningún mantenimiento o cuidado especial y pueden limpiarse con agua.
Estos ladrillos de cristal son dos gruesos bloques que se unen entre ellos sometiéndolos a un proceso de vaciado. Se elimina todo el aire que pueda quedar en el interior de las dos partes que forman el pavés, y de ésta manera se obtienen piezas aislantes.
Los bloques de cristal
El pavés permite que traspase la luz sin que desde el exterior se pueda ver el interior del local. También se utiliza para revestir galerías o simplemente, como muro de protección de la misma. Los bloques de pavés, esos “ladrillos” de cristal que durante la década de los setenta invadieron los espacios hasta el extremo de convertirse en uno de los símbolos de la decoración kitsch, se han vuelto a poner de moda desde ya hace unos años y, ahora mismo, son una de las soluciones más interesantes dentro de la arquitectura y la decoración. Los nuevos modelos son muy atractivos; los hay en colores, curvos, con distintas formas, grabados… Incluso hay sistemas para poder moverlos y abrir huecos en los tabiques de pavés.
Hace años, la única posibilidad para levantar tabiques o muretes de pavés era la obra de albañilería. Los bloques se colocaban sobre lechos de argamasa, con perfiles en U en paredes, techos y suelo (a modo de construcciones en seco), crucetas espaciadoras y varillas de hierro a modo de guía. Este trabajo debe ser realizado por albañiles profesionales dada su complejidad. Pero en la actualidad, las cosas han cambiado bastante; y para trabajos más sencillos (por ejemplo, tabiques interiores, muros a media altura, muebles tipo barra de cocina…), existen soluciones tipo “bricolaje” para levantar superficies acristaladas de pavés.
Separación de ambientes
El pavés es un material con unas características muy especiales que lo han impulsando en el sector de la construcción y la decoración. Contribuye a un mejor aprovechamiento de la luz natural, ya que tienen una finalidad similar a la de un tragaluz, favoreciendo la iluminación y la sensación de amplitud en los espacios. En casas poco iluminadas, permite la entrada de la misma a estancias que no comparten pared con la fachada, es decir, favoreciendo la claridad en las habitaciones interiores.
Estos bloques, a pesar de que facilitan la filtración de la luz, no permiten que se distinga lo que hay en los espacios contiguos, por lo que son muy recomendables para separar estancias independientes o bien dentro de un mismo espacio, dotándolo de un toque moderno, colorido, luminoso y muy personal.
Las posibilidades que ofrece éste material son de lo más variadas. La forma más frecuente en la que podemos encontrarlo es cuadrada, pero gracias a la mejora de la técnica se han creado nuevos diseños con apariencias curvas y de esquinero, así como de tipo alargado, lo que permite poder adaptarlo a espacios complicados.
En cuanto al color, existen incoloros, transparentes, ahumados, de colores, e incluso haciendo aguas. Ésto permite decorar una pared u otro elemento en la tonalidad que deseemos. Se pueden encontrar de diferentes dimensiones y acabados. La diversidad de diseños permite ambientar los espacios con una temática concreta.
Empleo en suelos
El empleo de estos bloques de cristal son la mejor opción para proyectos que buscan la máxima cobertura de vidrio y la iluminación. Estos adoquines de vidrios incorporan unidades en unos paneles de carpintería metálica hechas a medida para las necesidades únicas de cada proyecto. Están diseñados y fabricados para las necesidades de cada proyecto. Con marcos metálicos estructurales pueden ser diseñados para abarcar prácticamente cualquier abertura. Estos adoquines de vidrio sólidos se pueden preparar para dar cabida a cualquier tamaño o forma ya que su superficie puede ser generada con formas geométricas y radios diferentes.
Las seguridades de estos productos está garantizada por las capacidades de carga a las cuales están diseñados y fabricados estos paneles ya que se pueden personalizar para satisfacer los requisitos de carga más exigentes, como es el HS 20-44..